Ruka: “casa” en Mapudungún y Miski: “dulce” en Aymara.
Su dulce hogar surgió el año 2015 como una pequeña apícola dedicada a conocer el mundo de las abejas, sin una finalidad de explotación comercial a gran escala, si no más bien un interés por colaborar en su cuidado y preservación. Con el pasar de los años íbamos descubriendo las propiedades inigualables de nuestros productos apícolas, que junto a plantas y hierbas generaban increíbles beneficios a nuestra piel. Así, en el año 2018 comenzamos a explorar la cosmética natural y ya en el 2019 decidimos aportar con productos naturales y de calidad en el mercado.
Su propósito es contribuir en el área cosmética bajo la lógica de nuestro profundo respeto y amor por la naturaleza, reconociendo el valor de nuestros ingredientes y generando productos con bajo impacto ambiental.